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martes, 1 de mayo de 2012

Sangre encebollada

      En mi casa, desde hace tiempo hay plato único, así nos evitamos los típicos problemas de "no tengo ganas de esto, pero sí tengo hambre para lo que viene después".  Pero mi madre no, mi madre solía poner primero y segundo, o único y el plato de los "recortes" (queso, chorizo, morcilla...). Nunca hubiera imaginado en aquella época que me iba a comer unas lentejas sin un pescadito frito detrás apoyado en la cuchara para no ensuciar otro plato (yo es que soy muy práctica y como odio fregar los platos tampoco me gusta ensuciar más de los necesarios).

     ¿Los niños de antes éramos más conformistas o las madres más sufridas? No lo sé, lo que sí sé es que el día que había sangre en mi casa, mi madre la hacía de dos maneras: una, cortada en cuadraditos y frita solamente con un poco de sal por encima en el último momento, para mi padre y mi hermana, que no es que apreciaran mucho la cebolla; y la otra, encebollada para ella y para mí (y para mi hermana la mayor cuando aún vivía en casa) que es la que hago yo ahora.

     Receta sencilla donde las haya y simple en grado máximo, siempre que la hago me recuerda a mi madre, que venía de la cocina protestando con eso de "¡hay que ver con la manía de tener que hacer dos comidas para comer todos lo mismo!" pero nunca dejó de hacerla de las dos maneras...

     Ya he dicho que yo soy más practica, así que comemos todos lo mismo. A mi hijo no es que le haga mucha gracia la sangre encebollada, pero se la come, porque sabe que a los tres o cuatro días haré higaditos de pollo que a él le encantan y a su hermana no mucho, pero como a ella adora la sangre hay que compensar...

    Las cantidades que doy son para un kilo de sangre, aunque en la receta yo he hecho 2 kilos, porque a mi marido siempre le gusta que sobre para una "tapita" como le hacía mi madre (que es un plato para una persona normal), para el día siguiente. Así que aquí os dejo mi sangre encebollada o como se le llama por aquí:


   SANGRE ENCEBOLLÁ





   Ingredientes:

   - 1 kg de sangre de pollo
   - 3 cebollas
   - aceite
   - sal


   Preparación:


     Lavamos bien la pieza de sangre  bajo el chorro del grifo, no dejarla en remojo.



     La escurrimos bien o la secamos con papel de cocina y la fileteamos. Pelamos las cebollas y las cortamos a tiras. Ponemos aceite en la cazuela: que cubra el fondo, porque si tiene muy poco se agarrará y se desmenuzará demasiado la sangre. Echamos en el aceite, no demasiado caliente, las cebollas y salamos.


¡Qué me gusta ver una sartén así!


     Vamos dando vueltas y cuando las cebollas empiezan a ablandarse ponemos la sangre fileteada.


No importa que los trozos sean grandes, lo que
no pueden ser es muy gruesos


     Seguimos dando vueltas a fuego mediano hasta que tiene este aspecto más o menos, es decir, que cambie de color; pero de todas formas hay quien la quiere menos hecha y otros que la quieren más churrusquita.




     Rectificamos de sal y servimos bien caliente.




     Le va muy bien una buena ensalada, que nos va "refrescando" la boca.

     La sangre no congela bien, pero si os sobra aguanta muy bien un par de días en un tupper en el frigorífico.

     Espero que os haya gustado

     ¡¡Buen provecho!!

6 comentarios:

Manuel María dijo...

Bueno, bueno...Este blog se sigue poniendo de rechupete...No sólo es que la textura del "sólido" quede suave y gustosa: el regustillo, a su vez, del aceitito y de las láminas de cebolla remojadas en el oléico alimento son una invitación al más puro "amos a mojá pan".
Yo he visto a dos "invitaos" darse de manotazos por trincar del perol esta receta.

Unknown dijo...

Felicidades por el blog desde Aguilar de la Frontera Córdoba un Saludo

Unknown dijo...

Felicidades por el blog desde Aguilar de la Frontera Córdoba un Saludo

Unknown dijo...

Felicidades por el blog desde Aguilar de la Frontera Córdoba un Saludo

Sirena dijo...

A mi también me recuerda a mi madre, pero ella la cortaba a daditos y le añadía patatas fritas revueltas con la sangre y la cebolla... Le queda genial.

Sirena dijo...

A mi también me recuerda a mi madre, pero ella la cortaba a daditos y le añadía patatas fritas revueltas con la sangre y la cebolla... Le queda genial.

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