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miércoles, 30 de mayo de 2012

Patatas con tintorera



     Ya sé que ya hace calor, mucha calor, pero de vez en cuando un guiso como las patatas no sienta mal. Yo he de reconocer que soy muy patatera, y precisamente como menos me gustan es aliñadas, pese a que son la mejor opción para esta época del año.

     Un guiso de patatas me gusta de cualquier manera: con pescado, con marisco, con carne, con huevos... e incluso solas. Hace ya varios días que hice esta receta, como otras muchas que por falta de tiempo aún no he publicado ( y antes de ponerme a dieta -sin comentarios-) , así que no os extrañe que sean platos invernales, pero a mí me gusta "soplar la cuchara" incluso en verano, por lo que si hay alguien por ahí como yo, a probar, soplar... sudar... y, si podéis, reposar el soporcillo.

     Yo utilicé tintorera, pero podéis hacerlas con cazón, caella, marrajo...

     ¿Vamos ya con la receta?


   PATATAS CON TINTORERA




   Ingredientes:

     - 4 rodajas de tintorera medianas o unos 600 gr. (las mías eran grandes, pero se acabaron igualmente).
     - Patatas, 1 kg o algo más
     - 1 cebolla
     - 5 ó 6 ajos
     - 2 ó 3 hojas de laurel
     - 1 pimiento rojo o verde
     - Vino blanco (medio vaso aproximadamente)
     - Pimentón dulce
     - Comino molido
     - Cúrcuma o colorante, o azafrán si lo preferís
     - Aceite de oliva
     - Sal, pimienta blanca y perejil.


   Preparación:

      En una cazuela baja, ponemos aceite de oliva para hacer el sofrito y le añadimos los ajos y la cebolla pelados y picados junto con las hojas de laurel. Le damos unas vueltas y añadimos el pimiento. Seguimos rehogando hasta que la cebolla esté blanda y transparente.



     A continuación ponemos las rodajas de tintorera, la dejamos que se haga algo así como 1 minuto o dos según lo gruesas que sean las rodajas. Le damos la vuelta y las hacemos otro tanto.




     Añadimos el comino molido y el pimentón al gusto, movemos la cazuela y regamos con el vino blanco. Dejamos que cueza hasta que se evapore el alcohol. Tened en cuenta que el pescado suelta agua, así que no esperaremos hasta quedarnos sin caldo, porque si no se nos hará demasiado y quedaría seco.



     Sacamos las rodajas de pescado y las dejamos aparte. Yo suelo quitarles el "hueso" y la piel en este momento (bueno, cuando ya no quema), pero los "huesos" los pongo de nuevo en la cazuela y sigo rehogando un poco más, para que se evapore el exceso de agua.




     Mientras tanto, hemos pelado las patatas y cortado en trozos. Las ponemos en la cazuela y le damos unas vueltas, para que se impregnen bien del fondo.

Las espinas le dan el sabor característico a las patatas


     Cubrimos con agua, espolvoreamos con un poco de cúrcuma y movemos bien.  Si queremos podemos añadir caldo en vez de agua, pero al quedar en el guiso las espinas del pescado hace las veces de caldo. Salpimentamos y dejamos cocer a fuego medio hasta que estén tiernas las patatas.



     Cuando están casi hechas volvemos a poner la tintorera en trozos para que termine de hacerse todo junto y se mezclen los sabores. Rectificamos de sal. Podemos tapar y apagar el fuego, para que termine de hacerse con el calor residual.



     Le ponemos perejil fresco picado y servimos

Con una maceta así ¿quién se resiste?

¡Para chuparse los dedos!


     Y a comer...

     Espero que las probéis y ¡a ver si os gustan!

     ¡¡¡Buen provecho!!!


domingo, 20 de mayo de 2012

Caballas en escabeche



     Esta receta es de uno de los foros de Mundorecetas. Ahora mismo no recuerdo bien de quién era la receta original (si alguien lo sabe que me lo diga), hace tiempo que la hago y la verdad es que está muy buena. Yo lo que he añadido es la forma de conservarla, ya que esta receta no llevaba el aceite final.

     El escabeche se come mucho en casa, ya que nos gustan los sabores fuertes, bueno los niños algo menos si se trata de pescados... Mi madre solía hacerlo con bonito también, pero le echaba más ingredientes y a mí no me sentaba muy bien, pero desde que descubrí esta receta, cada vez que veo caballas a buen precio (y es de esos días que tengo tiempo) no me lo pienso y compro una buena provisión para escabecharlas. Me duran bastante en el frigorífico y casi me las como yo sola, ya sabéis el miedo que dan las espinas, así que casi todos pasan y yo no insisto...¡más para mí!.  ¿Parezco egoísta? Bueno, al fin y al cabo la que se pringa limpiándolas soy yo, a la que le apestan las manos es a mí, y si nadie coge cuando las pongo en la mesa... tampoco es plan de obligar...  :-)))).

     Ya sabéis, si os gustan los sabores fuertes, armaos de paciencia y guantes (yo nunca me acuerdo y así acabo...) y a por la receta



   CABALLAS EN ESCABECHE




   Ingredientes:

     - Caballas (yo hice 1 kilo y medio)
     - Ajos
     - Laurel
     - Pimienta negra en grano
     - Sal
     - Vinagre del corriente
     - Aceite de oliva


   Preparación:

     Comenzamos por limpiar bien y descabezar las caballas si no tenemos suerte de que nos las limpie el pescadero.  Las lavamos bien debajo del grifo hasta que veamos que están bien limpias y no tienen restos de vísceras o de sangre y las dejamos escurrir bien.

     A continuación las colocamos en una cacerola o en una olla baja.




      Pelamos los ajos y lavamos las hojas de laurel. La cantidad de estos dos ingredientes como de la pimienta dependerá de nuestro gusto o de la cantidad que hagamos. Aquí podéis ver lo que yo utilicé para 1 kilo y medio de caballas.




     Ponemos los ingredientes junto con la sal en la cazuela y cubrimos con el vinagre. Sí, sí, lo cubrimos, por eso es mejor usar vinagre del corriente y no de Jerez porque le daría demasiado sabor. Encendemos el fuego y dejamos cocer a fuego suave hasta que veamos que "la carne" de las caballas cambia de color y no le vemos nada crudo.




     Las sacamos y las ponemos a escurrir y enfriar.  Cuando ya están frías le vamos quitando la piel y la espina central, así como todas las espinas que les veamos, pero dejando los lomos lo más enteros posibles.  Para quitar la piel es mejor ayudarse con papel de cocina, que lo arrastra mejor. Ponemos los lomos en un tupper o dos.




     Al final lo cubrimos todo con aceite de oliva, cerramos bien y guardamos en el frigorífico.  Está mejor si lo dejamos para el día siguiente.  Así se conservan muchos días (si os duran). No os preocupéis si se cuaja el aceite por el frío, sólo tenéis que dejar cinco minutos fuera del frigorífico y se pone bien.




     Para servir podéis añadirle ajo y perejil recién picaditos o simplemente acompañadas de lechuga como veis al principio de la entrada.

     Aunque se tarda, después tenéis para varias cenas. Probadlas que seguro que os gustan.

¡¡¡Buen provecho!!!

lunes, 14 de mayo de 2012

Sopa de pescada para adultos, niños y bebés.



     Un plato de sopa casera siempre apetece. Si es invierno nos "arregla" el estómago, nos hace entrar en calor, nos acerca a nuestra niñez, nos reconcilia con nuestros primeros sabores... Si es verano, y la sopa es fría, nos refresca, nos alimenta en días que no apetece comer, nos da energía entre horas...

      En mi modesta opinión, la sopa era el primer alimento de los niños después de la leche materna, y el último en la vejez.   Abre y cierra el ciclo. Se utiliza lo más cercano a nuestro entorno, aprovechando los recursos a nuestro alcance, sirve para aprovechar otros alimentos... ¿quién habló de sostenibilidad, reciclado o respeto al medio?

     Esta sopa es una buena forma de introducir el pescado en los pequeños por eso se puede adaptar a todas las edades.  Mis hijos de pequeños la comían muy bien, después ya no les apetecía el pescado así que se comían la sopa con algo de verdura o el caldo solo, ahora ya de nuevo se comen el pescado; mi marido la prefiere sin pan, sólo el caldo, la verdura y el pescado, yo la prefiero como en la foto, con el pan y el pescado; mi hermana se  tomaba el caldo sólo y después la pescada sola con mayonesa... como veis para todos los gustos.

     Bueno ya está bien de historias: ¿nos vamos con la receta?


   SOPA DE PESCADA





   Ingredientes:

     - 1 pescada de al menos 1 kg de peso (la de la receta tenía casi 2 kg), en una pieza o cortada a la mitad,   conservando la cabeza limpia aparte.
     - 2 zanahorias
     - 2 patatas medianas
     - 1 cebolla
     - 4 ó 5 dientes de ajo
     - 1 rama de apio
     - 1 puerro (la parte blanca)
     -  perejil
     -  sal
     - vinagre
     -  aceite de oliva
     -  pan del día anterior


   Preparación:


     Limpiamos la pescada, cortamos la cabeza y la reservamos.  Pelamos y limpiamos la verdura. Cortamos las zanahorias y las patatas.

     En una olla honda ponemos toda la verdura y la cabeza de la pescada como vemos aquí en la foto.



     Cubrimos con bastante agua y le ponemos la sal y un buen chorreón de aceite.  Ponemos a cocer al menos durante una hora o una hora y media a fuego medio, e iremos notando poco a poco el aroma...



     Cuando la verdura esté tierna quitamos la cabeza, echamos un chorrito de vinagre y ponemos la pescada en una pieza si nos cabe en la olla o partida en dos trozos como tuve que hacer yo. El vinagre, aparte de darle sabor, hace que la pescada no se deshaga y se quede más "compacta".



     Si la pescada es pequeña podemos apagar el fuego y tapar y se hará sola.  Si es más grande se cuece a fuego medio-bajo de 5 a 10 min.  Dejamos reposar.

 

     Servimos a cada uno lo que le más le guste: las verduras, el caldo, el pan y un trozo de pescada. A mí me gusta añadirle un poco más de vinagre.




     Si sobra caldo lo congelamos en pequeños recipientes y lo podemos usar para otras preparaciones.

     Esto sería la receta para adultos y niños grandecitos que ya sean capaces de "esquivar" las espinas.

     Para niños

     Cuando los niños son aún pequeños pero ya comen solos, se machaca la patata y la zanahoria con el tenedor, se desmenuza la pescada quitándole la piel y las espinas, se le pone trocitos de pan, se cubre todo con el caldo, se mezcla bien y se sirve. El vinagre depende de las costumbres de la familia...

     Para bebés

     Aquí sí tenemos que prescindir del vinagre. Sólo tenemos que poner en la batidora la pescada, limpia de piel y espinas, y las verduras que el pediatra  aconseje según la edad del niño. Yo se lo ponía todo, poniendo especial cuidado en el apio y el puerro porque son muy fibrosos y pueden dejar algún hilito, por lo que después lo pasaba por el chino.

   Y hasta aquí la explicación... espero que os guste.

   ¡¡¡Buen provecho!!!

domingo, 6 de mayo de 2012

El cocido-puchero de mi casa


     ¿Por qué cocido-puchero?

     Me trajeron a vivir a Sevilla con cinco años. En mi casa se comía todos los sábados cocido (y los domingos pollo). En Sevilla se hablaba de puchero, y de cocido, y en casa empezamos a llamarle indistintamente por cualquiera de los dos nombres.

     Hasta que no empecé a cocinar y a hablar con otras personas, ajenas a mi familia, de mi puchero, no me dí cuenta de que aquí se distingue entre uno y otro. Además, en las líneas del supermercado encontramos "preparado para cocido" y "preparado para puchero".

     No me preguntéis cuál es uno y cuál es otro, creo que nunca lo distinguiré. Lo que sí sé seguro es que el mío es una mezcla de los dos y que al parecer se asemeja más al extremeño.

     Ahora lo pongo muy de vez en cuando, por el tiempo que se tarda y por las calorías, pero lo hago light, que ya os enseñaré en otra ocasión.

     Es sin duda mi comida preferida; de la primera que realmente tengo conciencia, cuando me sentaba en el umbral de la puerta de casa a comerme los garbanzos en un colador que me servía de plato y que todavía está rodando por casa (siempre me han gustado los garbanzos secos, aún hoy los machaco con el tenedor para no encontrarme el caldo...manías que tiene una); la que más me recuerda a mi madre, que sólo se saltaba la fecha fetiche del sábado cuando alguno estaba malo y percibía desde la cama ese olor inconfundible que te anunciaba a tu madre trayéndote una tacita de caldo recién hecho, hirviendo y con tres o cuatro garbanzos en el fondo; la que me hacía esperar el lunes siguiente mi plato de caldo del puchero  con arroz, hierbabuena y unos cuantos garbanzos, mientras mi hermana se comía el pollo que sobraba del domingo (ella tiene la misma relación que Mafalda con la sopa)...¡ah! y no había diferencia entre invierno y verano, porque donde haya un buen abanico...

     Bueno, manos a la obra

Antes de nada: las cantidades de carne son al gusto de cada cual (si sobra ya sabéis: croquetas) así como los tipos de carne y verduras. Igualmente aunque os gusten todas si un día falta algo no pasa nada, sale igual de bueno.


     MI PUCHERO




   Ingredientes:

   - 1/2 kg de garbanzos, mejor si son de los finos y pequeñitos
   - un trozo de carne de ternera: jarrete, aguja...
   - un cuarto de gallina
   - un trozo de cuello de cordero, un hueso de cerdo o un trozo de codillo de cerdo como en este caso
   - un trocito de tocino añejo
   - un trozo de costilla salada
   - un trozo de espinazo salado
   - un hueso blanco (canilla o rodilla)
   - un chorizo
   - una morcilla
   - un trozo de tocino fresco
   - un puerro, una rama de apio, una cebolla, y 3 ó 4 ajos, o bien, en vez de todo esto, 2 pastillas de caldo concentrado de pollo
   - un par de patatas medianas
   - un buen trozo de calabaza
   - 1/4 kg de la verdura que nos guste: judías verdes, troncos de acelgas, tagarninas, o incluso las hojas verdes de la lechuga.


   Preparación:

     La noche anterior echamos en remojo los garbanzos.

     Ponemos en la olla las carnes y los garbanzos, todo lavado y escurrido.





     En un cestillo, para después no tener que andar rebuscando, ponemos los huesos salados, el añejo, el apio, el puerro, la cebolla y los ajos (si lo ponemos en una bolsa podemos añadir unos granos de pimienta) o las pastillas de caldo, y cubrimos todo con agua, pero que casi llenemos la olla o que lleguemos al máximo si usamos una olla a presión como aquí


     Ponemos a cocer a fuego medio hasta que empiece a salir la espuma. Vamos "espumando el puchero" poco a poco (esta parte es la más tediosa, pero así nos aseguramos que no queda suciedad), procurando que no hierva fuerte para que no "se meta la espuma dentro".

¿Veis la espuma entre los dos trozos de apio?

Yo prefiero la cuchara grandota a la espumadera

     Cuando ya veamos que no queda espuma tapamos la olla y dejamos cocer. Si es en olla normal necesita unas dos horas a fuego medio o hasta que estén tiernos los garbanzos, según la calidad de éstos. En olla a presión unos 45 min, y en olla rápida 8-10  min con las dos rayitas fuera.



     A continuación sacamos el cestillo y apartamos el caldo para guardar. Yo en este caso no saqué porque tenía bastante todavía en el congelador. Dejamos el caldo necesario para cubrir y si necesitamos más, añadimos agua caliente. Suelo reservar el apio y el puerro porque le gustan a mi marido, y el resto lo tiro, pero si a alguien le gusta...


     Añadimos el chorizo, la morcilla y el tocino fresco dentro del caldo.


     También las patatas, calabaza y las judías verdes en este caso, peladas, lavadas y troceadas, bien en el mismo caldo, o bien en otro cestillo por si a alguien no le gusta la verdura. Cerramos la olla y cocemos hasta que la chacina y la verdura estén tiernos, en olla a presión 20-30 min, y en olla rápida 5 min.


Me encanta este tipo de calabaza


     Cuando esté todo tierno, servimos el primer plato de los garbanzos con la verdura.

      Una aclaración de la siguiente foto. ¿Veis ese garbanzo que señala la flecha? Sí, es un garbanzo negro, y cuando yo era pequeña  mi madre decía que a la que le caía le tocaba "un día guapa", y ahora mis hijos se siguen peleando para que les caiga algún día guapo


     El segundo plato es la "pringá": aquí tenéis el plato del que nos servimos según lo que le guste a cada uno, pero a los platos individuales no les pude hacer ninguna foto (se abalanzan como pirañas...). Están las carnes, el tocino fresco y la chacina. Cada uno en su plato lo mezcla a su gusto


     Si sobra "pringá", se hacen croquetas o se mezclan los ingredientes y se guarda para hacer montaditos al día siguiente.


     Mis ritos del "día del puchero"

     Cuando saco el caldo, antes de poner "los avíos de la pringá" y la verdura en la olla, se ponen en fila con una taza en la mano para tomarselo recién sacado, con sus garbancitos (y nos quemamos la boca)


     Me gusta comer el puchero con todo esto:  cebollas frescas si hay, o de la normal, que me como con los garbanzos en vez de pan, a bocados (mi hermana prefiere un pimiento crudo), y que he contagiado a todos los míos;

 
la ensalada;


aceitunas, estas son normales, pero las que me gustan para esto son las machacadas;


y no tenía ni rabanitos ni tinto con gaseosa...

     Mi padre decía que no sabía como me cabían todos los "aditamentos"  pero, claro, después no hay ni merienda ni cena...  "¡¡¡Mamá, ento!!!"

     ¡¡¡Buen provecho!!!

     Os dejo que estoy salivando...

martes, 1 de mayo de 2012

Sangre encebollada

      En mi casa, desde hace tiempo hay plato único, así nos evitamos los típicos problemas de "no tengo ganas de esto, pero sí tengo hambre para lo que viene después".  Pero mi madre no, mi madre solía poner primero y segundo, o único y el plato de los "recortes" (queso, chorizo, morcilla...). Nunca hubiera imaginado en aquella época que me iba a comer unas lentejas sin un pescadito frito detrás apoyado en la cuchara para no ensuciar otro plato (yo es que soy muy práctica y como odio fregar los platos tampoco me gusta ensuciar más de los necesarios).

     ¿Los niños de antes éramos más conformistas o las madres más sufridas? No lo sé, lo que sí sé es que el día que había sangre en mi casa, mi madre la hacía de dos maneras: una, cortada en cuadraditos y frita solamente con un poco de sal por encima en el último momento, para mi padre y mi hermana, que no es que apreciaran mucho la cebolla; y la otra, encebollada para ella y para mí (y para mi hermana la mayor cuando aún vivía en casa) que es la que hago yo ahora.

     Receta sencilla donde las haya y simple en grado máximo, siempre que la hago me recuerda a mi madre, que venía de la cocina protestando con eso de "¡hay que ver con la manía de tener que hacer dos comidas para comer todos lo mismo!" pero nunca dejó de hacerla de las dos maneras...

     Ya he dicho que yo soy más practica, así que comemos todos lo mismo. A mi hijo no es que le haga mucha gracia la sangre encebollada, pero se la come, porque sabe que a los tres o cuatro días haré higaditos de pollo que a él le encantan y a su hermana no mucho, pero como a ella adora la sangre hay que compensar...

    Las cantidades que doy son para un kilo de sangre, aunque en la receta yo he hecho 2 kilos, porque a mi marido siempre le gusta que sobre para una "tapita" como le hacía mi madre (que es un plato para una persona normal), para el día siguiente. Así que aquí os dejo mi sangre encebollada o como se le llama por aquí:


   SANGRE ENCEBOLLÁ





   Ingredientes:

   - 1 kg de sangre de pollo
   - 3 cebollas
   - aceite
   - sal


   Preparación:


     Lavamos bien la pieza de sangre  bajo el chorro del grifo, no dejarla en remojo.



     La escurrimos bien o la secamos con papel de cocina y la fileteamos. Pelamos las cebollas y las cortamos a tiras. Ponemos aceite en la cazuela: que cubra el fondo, porque si tiene muy poco se agarrará y se desmenuzará demasiado la sangre. Echamos en el aceite, no demasiado caliente, las cebollas y salamos.


¡Qué me gusta ver una sartén así!


     Vamos dando vueltas y cuando las cebollas empiezan a ablandarse ponemos la sangre fileteada.


No importa que los trozos sean grandes, lo que
no pueden ser es muy gruesos


     Seguimos dando vueltas a fuego mediano hasta que tiene este aspecto más o menos, es decir, que cambie de color; pero de todas formas hay quien la quiere menos hecha y otros que la quieren más churrusquita.




     Rectificamos de sal y servimos bien caliente.




     Le va muy bien una buena ensalada, que nos va "refrescando" la boca.

     La sangre no congela bien, pero si os sobra aguanta muy bien un par de días en un tupper en el frigorífico.

     Espero que os haya gustado

     ¡¡Buen provecho!!
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